DE PROVOCACIONES Y TRIBUTOS

El Secreto de mis Ojos

Cuando la Memoria te devuelve a Caminos que no Debiéramos Nunca Olvidar

 

 

Eran las 8:20 PM del 3 de enero del 2019. La luz del día se extendía algo cansada sobre uno de los tantos Lagos del Sur Argentino. Era el momento de las sombras alargadas, de silencios devueltos por leves golpeteos de pequeñas olas contra fatigados botes. Esos escasos, pero ansiados momentos de serenidad. Nada podía estar mal, pero lo estaba. Un émbolo, un trombo decidió también irse de paseo por la abierta Patagonia. Y allí, en ese lejano espacio, sin avisar, ni pedir permiso, ni decir “agua va”, un rayo en un solo segundo apagó para siempre la visión de mi ojo derecho. Súbito, fulminante, lapidario y sin vueltas, final. Ni la chance de sentir dolor alguno, ni de tomar reparos. Ciego de toda ceguera a mi diestra quedaba. Luego, los médicos diagnosticarían “Oclusión súbita de la arteria central de la retina”. Pero los lagos y mi mujer seguían frente y junto a mi y eso no era para nada poco. Saberse ciego para siempre de uno de sus ojos implica que debe empezar a cuidar y hasta amar a su ojo bueno. Quédese tranquilo el lector que no vengo contar nanas ni a ponerlo al día de mis sistemáticos estudios clínicos. Mi columna de opinión ya va por otro lado, así que le ruego que me acompañe. Serán seis minutos de reloj.

Cuál es el secreto de mis ojos y qué es por lo que ellos entraron a lo largo de mi vida? Cuáles son los recuerdos más profundos, en los sótanos más oscuros, en los rincones más extremos?. Y en la búsqueda de esas respuestas se le debieran a usted agolparse infinidad de instantes únicos e irrepetibles. Todo lo que entra por sus ojos (o por su tacto, o su olfato, o su oídos, o sus sabores) no solo van camino a sus remembranzas, sino por sobre todo, van camino a los aprendizajes, que no son otra cosa que la acumulación de experiencias.

Kai-Fu-Lee (1961-) es quizás la personalidad más destacada del mundo en temas relativos a Inteligencia Artificial (IA). Lee nació en Taiwán y actualmente vive en Beijing. Entre múltiples aportes a la tecnología moderna desarrolló un sistema de reconocimiento de voz continuo e independiente del hablante. Teniendo solo treinta años de edad hizo su primera presentación de IA al Leonardo Da Vinci de la Era Digital, Steve Jobs, CEO entonces de APPLE. Al año siguiente, el Wall Street Journal (teniendo Lee solo 32 años) lo ubicó en primera plana dando noticia mundial de sus fenomenales descubrimientos. Los aportes del Profesor Lee dieron pie a lo que hoy se llama “Deep Learning” (Aprendizaje Profundo), donde con máquinas, no ensambladas precisamente en depósitos desgravados de Tierra del Fuego, se está revolucionando una por una las profesiones y oficios de todo lo que se pueda imaginar. Estamos en tiempos de ejecución inmediata y no de poner continuamente sobre la mesa temas que el mundo ya ha dejado atrás. Seguramente es un derecho bien ganado la igualdad de géneros, pero más debiéramos luchar por la igualdad para poder estudiar, trabajar o recibir salud en forma equitativa. Ni mis ojos ni mis oídos gastarían un solo segundo en aprender idiomas inclusivos o tonteras semejantes, pero si pondría todo mi esfuerzo en tener un manejo perfecto del idioma inglés. Claro es más difícil aprender inglés que tirar las “e” por algunos sustantivos de género o escribir algunas “x” impronunciables por rincones de la retrógrada gramática que anacrónicos profetas quieren imponer.

Todos sabemos lo duro que se trabaja en China. Lee mismo nos cuenta que allí se definen a los trabajadores con un simple número de tres cifras. Preste atención y luego respóndase que número es usted. Por ejemplo, alguien es “996”, cuando comienza a trabajar a las nueve de la mañana, termina a las nueve de la noche y hace lo mismo seis días a la semana (996). Una variante más tempranera podría ser un “886” y si le gusta el alba métale con un “776”. Comience cuando comience esto es setenta y dos horas a la semana de trabajo con un solo día de descanso. Debo serle franco, salvo excepcionales fortunios, no creo que con un 934 ni aún con un 955, usted pueda progresar. Es así que China, en pocos años más, equiparará el liderazgo de USA.

USA es el país de los descubrimientos, las patentes, el desarrollo tecnológico sin freno, pero de los altos costos. China es el país de las implementaciones, de las fábricas “997”o más aún de las “007”, donde se trabaja a dos o tres turnos, siete días a la semana. Es así que China es el país del bajo costo y donde se produce gran parte de lo que se inventa en USA. Ambos mandan y mandarán en el mundo. Dos superpotencias trabajando conjuntamente. Esto llevará al planeta a una enorme riqueza y crecimiento en veinte años. No tengo duda alguna. Si la revolución industrial sumo millones de puestos de trabajo en líneas de producción y ensamble, la revolución de la inteligencia artificial sumará nuevas habilidades más relacionadas con las ciencias duras y de la misma manera que veremos desaparecer muchos trabajos actuales, veremos aparecer con furia nuevos puestos jamás imaginados. La IA necesitará más maestros, más enfermeros, más trabajos relacionados con la compasión y el servicio a nuestros mayores, más personas capacitadas para que se pueda enseñar a distancia. Y es aquí, donde a mis ojos vuelvo a recurrir.

Por mis ojos entraron recuerdos de fábricas funcionando, de veredas sucias de aceite o de aserrín amontonado de talleres barriales que funcionaban (996), de ver a mi padre (886) cansado llegar de su gira de ventas y pedirme que lo ayudara a acomodar facturas por orden alfabético. Por mis ojos se acumularon nostalgias de la buena educación, del respeto al hogar, de saber perfectamente lo que estaba bien y lo que estaba mal. Mi curva de aprendizaje se formó, a través de mis ojos, conociendo que cuanto más me acercara al “996” del Profesor Lee, más posibilidades tendría de progresar y salir adelanteMis ojos vieron que la familia era un sólido bloque de contención, en momentos en que tener una sola TV (en el cuarto compartido por todos) era una fiesta. Mis ojos vieron las calles de Lanús caminando hacia mi Escuela Pública No. 19, jamás con paros, una escuela “856”, ya que los sábados eran para el encuentro de las familias. Vi mesas con poca comida y donde se comía lo que había. Vi a mi abuela darle un beso al trozo de pan cuando este ya estaba viejo y no podía tener otro destino que la basura misma. Vi zapatos rotos y las manos de mamá para dar las caricias de comprensión. En mis ojos tengo el primer beso robado a una niña de por allí. Vi a papá llorando cuando perdimos la final del Mundo contra el Ínter allá por el 65.

Por mis ojos entraron esas cancheras pibas de Adrogué y ver venir el colectivo 318 y saber que “a toda persona mayor había que darle el asiento”. Pero lo más importante que vi, fue Trabajo, Estudio y Amor en la Familia. Quizás el mayor secreto de mis ojos es que aprendí y comprobé que con el Esfuerzo y la Educación se avanzaba, decididamente había que estar cerca del “996” del Profesor Lee.

Si sus ojos nunca leyeron un libro, si nunca se perdió entre libros de Cortázar, de Borges, de Arlt o cualquiera fuese, poco ha alimentado su alma. Si sus ojos nunca vieron un reloj para entender que a una soberana y única hora se debía comenzar la tarea, es que seguramente no se ha formado en la disciplina del orden. Confesar que ha vivido, es haber visto reproches de padres o de jefes o de maestros por no dar con la vara exigida. Me pregunto en que momento, todos los ojos todos, dejaron de comprender que los manuales del buen ciudadano no están ni escritos, ni se pueden comprar. Simplemente se aprenden y se respetan.

Compartida que fue mi isquemia patagónica, compartiré un secreto con usted. En algunas noches previas al sueño, en esos momentos donde la mente nos trae todos los compromisos que tenemos por enfrentar, mi método preferido de escape es ubicarme en un lugar y año determinado y tratar de recordar todo lo que mis ojos absorbieron en ese entonces. Quizás son pocos minutos, ya que Morfeo me viene a buscar casi siempre rápido. Mi mente se transforma en un auténtico teatro donde la pelota de trapo toma forma y el soldadito de plomo es de una magnitud mayor que cualquier PlayStation. Mis ojos, por los cuales entraron todas mis memorias, finalmente al sueño me llevan.

Y al igual que yo, quisiera que cierre sus ojos unos minutos y trate de recordar todo lo que entraron por ellos. Vieron o no una Argentina mejor? Vieron o no personas de una altura moral mejor que los acomodaticios que nos gobiernan? Vieron o no que el Dr. (Odontólogo) Héctor José Cámpora (1909-1980) nunca fue ni revolucionario, ni alborotador de mentes, ni acelerador de corazones. El ex Presidente, dentista, Dr. Cámpora gobernó por solo cuarenta y nueve días y consiguientes noches. Ni legado dejó, ya que fue expulsado del mismo Partido Justicialista en 1975, por la Sra. María Isabel Martínez de Perón. No se le conoce ni un libro, ni tan siquiera algunas hojas con pensamientos para debatir.

Escuche, toda su vida pasa y pasó por sus ojos. Suba la frente y mire. Perder la capacidad de observación es el camino a la ignorancia más profunda. Que sus ojos perdonen sus falsos pasos, pero que sus ojos le devuelvan las virtudes de su pasado. Sin olvido, pero con perdones. No puedo decir que ya he visto lo suficiente, pero gracias Señor por permitirme tener plena capacidad de visión en mi otro y solitario ojo.

Cuál es su número? Cuál es el Secreto de sus ojos?.

Tributo a Kai-Fu-Lee (1961-)

28 de febrero de 2021

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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